Siempre vamos seguros, siempre con la ilusión de control, siempre vamos seguros de nuestro poder, pero cuando tenemos la oportunidad de libertad nos resulta aterrador saber que llevamos una vida sin vivir. Toda una vida sin llegar a conocer, ni a cuestionar quien elige por nosotros, como hablar, que comer, como vestir; en engañados, simples marionetas de un circo, con nuestra ilusión de control. Con una embriagues extraña que nos conduce sin razón, esa embriaguez que nos mantiene creídos de la ilusión de control.
Cuando despertaremos de ese letargo couando asumiremos encontrarnos con nosotros mismos y recuperar esa humanidad que perdimos producto de estar embriagados de falsos deseos, cuando saldremos de la ilusion de podemos controlar todo y volvemos a vivier como seres humanos en armonia en respeto con los mas hermoso que existe y que supera nuetros pequeños egoismos individuales y colectivos...