Una foto y mil Recuerdos
Un domingo buscando,
Cajas viejas en su ático,
Una antigua imagen llena de polvo,
La vieja entre estornudos encontró.
Le dijo hola a lo recuerdos,
Que hacía mucho que de ellos no savia,
Vida irónica vida
Simple y complicada
Dulce y mezquina
Linda y amarga.
Se sentó con los recuerdos en esa
Vieja mecedora una taza de café,
Y una tierna mirada fija,
Hacia el retroceso de la aguja
Del reloj de su existencia,
Cuando sus difuntos caminaban
Sonreían y bailaban.
Cuando la mocedad era,
Concubina de su cuerpo y su campo
Su marido y su rancho eran el recital
De sus décimas,
Los tatuajes que su fogón dejo en ella,
Y la risa de sus hijos jugando entre las parcelas de yuca.
Luego de madrugar y de mil tardes de suaves vientos,
Cae la noche y una mesa,
Empapada de comida une,
Une aquella larga familia,
Hermanos, abuelos, tíos, primos
Padres, hijos y amigos.
“Pero nada es para siempre” todo cambia,
Por que ahora ella no importa,
Lo único que importa son los ojitos,
Que dependen de ella para seguir brillando,
Dejo atrás su “edén” su vida su campo,
(Como dice ella con su recua de muchachos)
A ver nacer nuevos recuerdos,
Con el pasar de los años venideros.
Buenos y malos
Malos y buenos,
Con el pasar de la marea
Del relativo tiempo.
Sus hermanos que la cuidaban,
Sus hermanas y 3 de sus hijos
Se fueron con su juventud una mañana,
El amor de su vida (su viejo),
Se marchito con su campo,
Y se convirtió en el mas grade
De su colección de recuerdos.
Sus sábanas los años y su almohada las décadas,
Su cama las almas
De los que amo y vio morir.
Llora y reza sola su rosario,
“Esperando que llegue su hora”
Para regresar a su “edén”
A su campo con su viejo
“Por toda la eternidad”
Pero todavía le quedaducho amor para dar,
Historias sabias que contar.
Por que los hijos de sus hijos
Son el brillo de sus ojos
Y el presente de su historia.
El regalo de los momentos buenos y malos
El reflejo vivo de sus difuntos hermanos,
Pero ahora esta viendo a sus nietos jugando,
Sentada en esa vieja mecedora con su foto
Esperando solo esperando,
La hora de convertirse
En un maravilloso recuerdo
Para estar de nuevo en su campo con su viejo.
Carlos Polanco
Dedicado a mi abuela: Rafaela Rodríguez de Polanco.
¡Te amo vieja!