Me dedicaré a cuidarte,
a venerar tu extraordinaria belleza,
con tanto amor y delicadeza
que siempre me faltará más para darte.
No por ser pocos mis sentimientos
ni exageradas tus aspiraciones,
es quer son tantas e intensas
nuestras emociones,
que siempre me serán escasos
los momentos.
No dudo en creer
que nuestro amor será interminable,
que cual cima inalcanzable
se elevará hasta el punto de no ver.
Y así, consagraré mi vida para amarte
más allá de tu propia existencia,
porque misteriosamente tu presencia
permanecerá en mí por siempre.
A cambio solo te pido y le imploro a Dios
tu compañía hasta el final del camino,
que me permita vivir tu tiempo y el mío
para poder alcanzar esta meta de amor.