Naufragadas para siempre
sepultaré tus alas exhaustas
como un sol en su reposo
que breve dicha fue su brasa,
y bajo los mares en silencio
que de los cielos es angustia
con dolor intolerable
no veré el vals de tu imagen
−cisne en lividez salvaje
que de un astro a otro escape−
Más sí veré lo que tu amor
dejó en cada paso y sabrás
que los míos a los tuyos han copiado.
Y... ¡cuánta lágrima arranque
el duelo de mis ojos...
no bastará para resucitarte!
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Propiedad intelectual Lucero Moscoso
Bogotá D. C. Colombia