Si el papel en el que escribes pudiera hablar...
Como la piel de un recién nacido, suave y perfumada
abriría sus ojitos para sonreír.
Como espuma placentera de una playa cualquiera,
te mojaría acariciando la punta de tus pies.
Quizás como un lamento que nace en lo profundo
del alma que un poeta no puede contener;
plasmaría en su tinta en trazos de terciopelo
o llanto lastimero sin poder entender...
Pues las palabras escritas son parte de la sangre
que es tinta indeleble, que es sello fulgurante,
que marca y que fulmina, que acaricia y te ama.
Oh querido papel ! que misericordioso abrazas
todos mis sentidos, como un amante fiel.
Teresa Suárez