Él…
Él. Se quedo ahí y me observó profundamente, me hizo sentir vulnerable y sofocada, aunque en ese preciso momento no supe que desnudaba mi alma…
Él, fue el compás de un destiempo en mi corazón palpitante, la reflexión sumisa de una melodía de amor.
Él, tenía ese no se ¡que! destilando en los poros que paralizó mis respiros, perpetuo mis sentidos y me hizo sentirme mujer… Si, ¡mujer! perfumada de vida y primavera, me hizo ver la chispa de mis ojos, volviéndose faro en mis días… Él… Él…
Él, se metió entre mis sueños, y en la lucidez de mis días me acompaño su mirada.
Él, sin rozar mi cuerpo sintió la suavidad de piel e hizo alojar mariposas en vuelo, en mi vientre y atesorar lo que solo quería darle a él…
Él, acuno mi cuerpo aquella vez cuando dormía y entre leyendas de lejanías hizo reverdecer mi ser… No sé, si me quiso alguna vez… Más yo guardo su recuerdo entre mi almohada… Y cada día me acompaña… Él…
Alexandra Fuentes Neira.-
Andra.-