En medio de este sopor nocturno,
mis pensamientos se adentran cautelosos,
avanzando hasta ese rincón,
el más oscuro de mi mente,
en donde el silencio huele a muerte.
Se adueña de mí la negación y la apatía,
el vivir ya me es indiferente,
soñar es mi única forma de existir,
en mis sueños estoy en
una dimensión desconocida,
en donde yo, soy solo yo,
nadie me acompaña,
¿será que he muerto?
Quisiera ya no despertar
y quedarme atrapada en el espacio
que mi alma acogió
como única forma de vida... Los sueños.