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Tienes que saber,
De que por mi ventana observo la fragilidad,
Con la que me miran tus ojos lunares,
De que le pido deseos a la estrella ardiente,
De que converso de ti con las luciérnagas mientras duermes,
Y las trato de convencer cantándoles en su oído tu nombre,
De que te fugues conmigo a los edenes del infinito.
Tienes que saber,
De que mi memoria se marchita cada noche de tanto pensarte,
Como la rosa de plástico que esta junto a tu cama,
Que la extravagancia de tu personalidad,
Obliga a descender al corazón de las nubes,
Cortándole las alas de un solo espasmo de tu mirada,
Y de que tu amor vive en el país de nunca jamás.
Tienes que saber,
De que te has escapado a los jardines de tertulias,
Y que me ha contado que has robado su aroma,
Como robas el alma de este poeta,
De que la cruz del sur te muestra el camino,
A mi continente vigente y que estarás a salvo.
Tienes que saber,
Que solo existen plegarias a los ángeles guardianes en tu nombre,
De que mi pecho se transforma cuando se trata de ti,
Que hay fiestas en honor a tu amor,
Donde la soledad y la pena no están invitadas,
De que comento de tu boca con extraños en el espejo,
Y que cada vez que te ame, amor mío tienes que saber.
Autor: Gonzalo Puga