Rodoku

Calvario del Día


Envenan mis días los dardos terrestres
Que cargan ataduras de hierro a mis sueños
Las líneas de tinta cargadas de osmosis
Las pústulas llenas de vida y de sangre
Los ántrax necrosos de fatídicas letras
Tumores radiados con signos y números.
La vida en letargo como ánima pálida
Poco hastío poco confío poco me río
Sí, los días grises de noches doradas
Infectan mis venas del virus patógeno
De la rutinaria simbiosis de señales de radio
Y olvidan las sedas y brácteas verdosas 
Colinas húmedas de cálidas fieras
Y el sueño del hombre clavado en su cruz.

Y así culmina la culminación
De auras arpías y versos impíos
De lustres de perlas y de luna llena
De envases de vidrio quiñados por pena
De pena quiñada por neblinas grises
De losas de piedra labradas a mano
De manos de carne cortadas a mano
Y alforjas de plata cazadas por uñas
Que carvan y raen el hueso del hombre
Buscando entre miles de versos impíos
La luna de plata
El da Vinci de oro
Los sueños de bronce
La mirra de cobre
Mis versos aéreos que cortan diamante
Y válvulas vivas de tu corazón.