Cuando se llega a una edad madura
hacemos un balance cada día,
un repaso de todos los momentos
deshojados... del árbol de la vida.
Damos paso a un celoso inventario
dibujando al óleo el resultado real,
no solemos aceptar fracasos
nos gusta el POSITIVO en el final.
Hemos pasado mil momentos mágicos
y otros sembrados con melancolía,
¡tantos minutos de tristeza infinita
e innumerables segundos de alegría!
Y en el DEBE Y HABER de nuestra vida
sumaremos laureles y derrotas
nunca serán las cosas
las que llenen tus días...
sino besos y amor,
los que colmen tus horas.
Y en esta tarde lluviosa y cielo en plomo
me he puesto a desandar este camino
y con una sonrisa he concluido
que valió la pena cada instante vivido.
Alicia Santi