,
,
como aquel pájaro
seco
en un hilo cordel de los milagros
telefónico de tanta espera por mensajes
del mundo ya extinguido
y que no llegan a tiempo
seco quedó seco quedé seco de todo
Yo
demasiado imperecedero doy siempre
a la misma calle larga en silencio hospital
sin embargo
acepto perseguir al hombre tenebroso
quien tropieza con la misma piedra y suerte
pero no quiere darse cuenta de la repetición
Nadie me espera
nadie me sigue
y aquel sujeto tan similar que podría
tomarse por reflejo
no parece advertir mi presencia atrás
en medio de tinieblas
fijo de sólo pensar
Ando a la deriva
entre tanta sequedad de garganta
de vientres de apetencias
por la inmensidad que de a poco
va adueñándose de mis ojos
y de cualquier otra vista