Un día inolvidable como hoy, sentí por ti,
la dicha más grande en mi corazón,
preparé mi equipaje para dirigirme
una vez más a casa, durante ese viaje
deseaba abrazarte tiernamente
y decirte lo mucho que te amo, que no hubo en mi vida
ninguna mujer como tú, preciosa, incomparable, con un corazón
lleno de ternura y de amor.
Aún recuerdo todo el cariño que sembrástes en mi alma,
dejástes en mi vida momentos inolvidables que nunca volverán,
mi corazón aún sangra, mis ojos lloran por ti,
mi pecho se oprime, quisiera gritar como un niño
porque me siento morir lentamente, desde que te fuiste.
Hoy, que voy llegando a casa, siento en mi pecho
alegría porque imagino que me estás esperando, sonriente y linda
como la flor mas preciosa que la primavera me regaló,
tristeza, porque ya no sentiré el calor de tus manos abrazándome,
ni besando mi frente, cuánta falta me haces
para escuchar mis penas y compartir mis alegrías.
Aunque pasen los años y me vaya llegando el otoño,
siempre seguirás viviendo en mi mente, en mi corazón.
Te amé y te amaré el resto de vida
y cuando ya no pueda visitar tu morada ,
miraré el firmamento con una rosa blanca en mis manos,
como señal que nunca te olvidé y que te seguiré recordando,
¡MADRE DEL ALMA MÍA!... como la joya más preciosa
que tuve en mi vida.
Desde aquí donde me dejástes, hasta el cielo donde te fuiste,
te digo con toda mi alma, ¡Feliz cumpleaños mamá!!
no estás físicamente conmigo, pero vives dentro de mi corazón
eternamente.Te amo, madre querida
ni la muerte, hará que yo te olvide.
Autor: Mauro J. Cassaño
(mallíto)
22/05/13