Fue un impetuoso abrazo
que acabó en un clímax breve
agitando sus respiraciones
hasta que todo fue tormenta
y el rayo y el trueno
preponderaron.
Después la lluvia trajo
un murmullo monótono
que les estremeció hasta arroparles
confundidos en dos bolas desmadejadas,
tan yertas sobre el lecho.
Kabalcanty©2013
(Óleo de Rosa Ema Pereyra)