Mi vista se pasea por el recinto,
la tarde que copula con la noche,
formando el zigote del atardecer,
con la leche de tus pechos, anochecer,
Los rostros quieren parecer estatuas,
los miro, para que me muestren su alma,
extraño fenómeno, hoy que lo observo,
no se sintonizan mis pensamientos.
Con respeto, temor, o me dejo influir.
mi atención a los rostros femeninos,
disminuye, de reojo los colores,
más bien oscuros, azules y grises.
Bien enfundan a cuerpos estáticos,
con la solemnidad, por el momento,
intereses personales me llevan,
a ese sitio, con mi punto de vista.
Ciego, o incapaz de ver otra realidad,
o ver la mía, mezclada con otras,
invalidarme por influencia ajena,
quizá sólo miro lo superficial.
Es la homogeneidad, por todos lados,
como que no embono en la uniformidad,
la puntualidad mecánica, digo yo,
ropaje de arco iris, inexistente.
Notoria ausencia, en colores solares,
caras serias, sin risa de la vida,
la inmovilidad, está exagerada,
formas ocultas, en ropajes largos.
Voces, cuando cantan, horizontales,
sin ser altas o bajas, uniformes,
como que todo está robotizado,
un sistema, controla cuerpo y alma.
Si estás a gusto en ese sistema,
¡Vívelo y practícalo! Me doy cuenta,
sí buscando tu verdadero rostro,
tu voz, cualquiera de ellas, me puede hablar.
Mi tijera, corta flores del jardín,
no se si huelen, no percibo su aroma,
cambio de torre, a mirar tus subditas,
me pierdo entre los instintos y deseos.
Para que mis sentidos se despierten,
la sal invade todo a mi alrededor,
y estando tan cerca del mar, no la huelo,
no se nadar, el agua me impresiona.
EL POETA DEL AMOR. 18-05-13.
CABO SAL LUCAS, BCS. MÉXICO.