Una noche negra del mes de mayo,
fué la última que lo abrigó en sus brazos.
La calle aquella lo sabe todo
y prefiere guardar silencio.
Los postes se volvieron mudos
y los semáforos se volvieron ciegos.
La lágrima de una tarde
se asoma al balcón.
El invierno que parece frío y fuerte
con la misma se desvanece.
Cinco flores y cuatro claveles
piden a gritos el amanecer.
Una noche negra del mes de mayo,
fué la última que lo abrigó en sus brazos.
Las calles de la ciudad guardan secretos.
A lo lejos se escucha el murmullo
de voces a grito abierto
que sangran de ocultar tanta impunidad.
¿Yo no sé hasta dónde?
¿Yo no sé hasta cuándo?