Depredador 1: ¿Lees es periódico alguna vez? ¿Tienes la más remota idea de cómo está ahora el mundo? ¿De cómo funciona?
Acorralado: ¿Qué me importa?
Depredador 2: Es que tú también vives en él.
Acorralado: No, yo no vivo en él.
Depredador 1: ¡Oh, sí que lo haces, tierna criaturita!
Depredador 2: No puedes escapar de él. Llevas sus cordones en los zapatos y sus zapatos en los pies.
Depredador 1: Y tienes pies gracias a las proteinas que obtienes de sus alimentos.
Depredador 2: ...Unos pies que no puedes separar de su suelo...
Acorralado: ¡Pero mis pensamientos siempre serán libres!
Depredador 1: Mentira. Mentira. Mentira con cinco décimas.
Depredador 2: (Risa de yena hambrienta). El mundo son triángulos infinitos.
El mundo son triángulos con vértices que se consumen entre ellos.
Depredador 1: Sí. Siempre tres. Y uno siempre muere desangrado.
Depredador 2: Estás temblando, ¿ocurre algo?
Acorralado: (Se aleja unos pasos). Nada... Yo... ¡yo saldré del triángulo!
Depredador 1: (Risas deformadas de los dos) ¡Oh, devoremos de una vez a este cervatillo herido!