Un día de estos,
te propondré un juego.
Una apuesta, todo al rojo.
Tras cada noche
cuando el alba apunte.
Te esperaré,
entre las sábanas
con pícaras apuestas
al deseo.
Aguardando tu boca,
buscando
un suspiro callado,
un anhelo guardado.
Te esperaré,
para impregnarme
de tu aroma y hacerlo mío.
Un día de estos,
te propondré un juego.
Un “nos” de corazones.
Un volver a ser niños,
entre risas y juegos
irnos descubriendo
cada día.
Aprendiendo
a cada momento,
lo que es importante,
lo que es banal.
Sin rutina posible
que nos aprese
Sin problemas insondables
que nos abatan.
Sin peligrosos ocultamientos
que nos separen.
Paseos con oídos
y sonrisas.
Y al caer la noche,
una copa de vino
entre susurros de piel.
Un día de estos,
te esperaré.
Con el único afán
de ir anidando cada día en ti.
Y…,
Tras una sonrisa
Tras una palabra
Te propondré un juego.