Hoy ella, le pondrá fe a sus zapatos
y se echará andar el día como un sol
la muy mal milagrosa
¿Para qué?
Y
¿hambre de qué querrá
en este mío mi país?
No, no lo sé.
Solo sé, o podría saber,
que rojo me frenesió mi país un san besísimo juego de ríos
de a dos y
desnudísimos hasta el azúcar
¿qué payaso enfermo de mío mi país
no la besaría?
¿qué desgraciado, sin el rojo de su algo,
no haría un poema con sus rulos?
En mi país, cuando sea niño
quiero ser el color de su ternura.