¡Disponte a vivir desnuda
sin deseos ni soberbia
por el jardín de la Vida!
Te regalaron senderos
unas alas y unas horas
para que escribas tu historia
despacito...
Solo te piden sonrisas
y que sepas aceptar
lo que no puedas cambiar.
Más… ¡No aceptes la derrota
sin luchar hasta el final
de la bola de partido!
Ahora...
tus manos, tus ojos claros
y tu blanca curiosidad
solo quieren jugar.
¡Jugar, Jugar, siempre Jugar! ¡eso es...!
¡Tú, bien sabes lo que importa!
y de nuevo, eres tú la que me enseñas que:
“Todo lo demás está de sobra”