Héctor García

Tu aura

En tus caderas de amante dedicada

Esta mi privilegio y mi alma motivada.

Perdido en tu sabana encantada;

Rendido al sabor de tu piel mojada,

Entregado a los placeres de tu cama.

En tu vientre se haya mi vida encadenada.

 

Que no exista duda alguna

Que por propia voluntad

Corren mis dedos tras tu cintura.

No existe otra verdad;

Que el hechizo de tu gran hermosura.

 

Podría fundirme en tus piernas,

En tus senos, en tus labios, en tu ombligo

O en toda la extensión de tu belleza

Tan sólo para vivir en tu suavidad de rosas.

 

Tengo la mirada fija en el aura

De tu desnudez exquisita,

De tu sensualidad cautivadora,

En el aura de tu respiración agitada.

Quiero amarte siempre

Bajo la magia de tu aura encantada.


Héctor Humberto García Herrera