En realidad, este, mi estado de ánimo,
vivir el momento, el que siento,
tengo la esperanza de que se extienda,
que se prolongue, que sea... interminable.
Este momento de mi vida,
no desaparezcas nunca.
Tanto he sufrido, tanta soledad he tenido...
y hoy, al amanecer, me he dado cuenta,
que realmente, nunca deben perderse las esperanzas.
La esperanza de la inexistencia de la soledad.
Esa soledad que muchos sentimos,
que muchos aceptamos,
con una gran resignación...
por esa aceptación que hay que tener
ante lo posible y lo imposible.
Predomina más lo imposible,
pero lo posible, cuando se presenta
para felicidad, tratar de vivirla,
aunque sólo sea en el alma.
Su hermano corazón también ha de sentirse feliz.
Porque su hermana alma siente felicidad.
El estar feliz, me hace abandonar la soledad.Esa, la que predomina, la amiga de lo imposible.
Y la posibilidad de ser feliz.
No hay que descartarla, no, hay que vivirla.
Vivir la felicidad, cuando te la otorgan,
cuando te la brindan, de corazón,
o por piedad.
Acepto tu piedad, acepto tu corazón.
Estando cerca de mi cuerpo tal vez estés,
y si no lo estuvieses, ¿sabes?,
igual sería feliz, pensando que yo
soy un poquito, al menos, perteneciente
a tu alma.
Mi alma, a veces o muchas es errante,
es triste, es desgarradoramente solitaria.
Pero no siempre es así.
Mi alma siente y hasta te presiente,
aunque tú estés ausente.
¡Qué me importa tu ausencia,
si se que parte de mi alma pertenece a la tuya!
Tal vez no totalmente, pero si me otorgas
trocitos de tu alma, he de sentirme satisfecho.
No he de sentirme totalmente realizado,
pero con sólo saber que por ti
soy un poco amado, es encontrar
la necesaria paz interior que necesito.
Que pretendo, que ansío, que obtengo,
aún en tus silencios.
Pero en mis horas de descanso,
puedo hacerlo tranquilo y muy reposado,
porque de ti me siento un poco amado.
Vivir el momento, estando tú presente en mi alma,
y otorgándome un trozo aunque sea de la tuya,
soy feliz, inmensamente feliz.
Y por este motivo, quiero te pongas contenta,
como yo lo estoy.
No se puede lograr la felicidad total,
Pues entonces, con tu alma y tu amor,
yo tengo tanto y tanto, que en este momento
no puedo describírtelo, sólo te lo hago saber.
Vive conmigo este momento, vívelo...
Duerme pensando en mí,
yo he de hacerlo pensando en ti.
Sólo me conformo con esto,
es preferible, a nada tener...
hasta siempre, mi amada.
Todos los derechos reservados del autor ( Hugo Emilio Ocanto - 25/05/2013)