Amor…ternura…deseo.
¿Puedes sentirlo?
En la posibilidad del pensamiento
que no conoce cadenas.
En el espíritu que vaga
poderosamente libre,
en la ausencia del tiempo
envueltos en una dulcísima quimera.
Te beso...
y mis labios exploradores
recorren lentamente tu piel
como si tu cuerpo fuese un mágico territorio
que debe ser minuciosamente explorado.
Flotamos…
cobijados en la tibieza del abrazo
que no sabe
de límites ni fronteras.
La atmósfera circundante
aclimata a la perfección el escenario.
El frío no existe....
el calor no existe.
Solo la temperatura perfecta de dos cuerpos
que se complementan.
Danzamos…
en un espacio delirante
iluminado por iridiscentes estrellas.
Cero gravedad.
Nada nos ata a la realidad
más que este ardoroso sentimiento
que satisface los más íntimos deseos.
El espacio se inunda de aromas deliciosos
que evocan los momentos más felices.
El silencio
recoge sonidos inefablemente dulces
notas armoniosas
que acompasan los corazones
en un solo latido
y que al unísono denotan
que estamos...¡vivos!
¡Amor en el espacio!
El vasto universo es nuestro lecho.
Tú y yo
fundidos en un solo cuerpo.
Perfección de sentimiento.
Imaginación desbordante
es lo único que poseemos.
Y en esa total irrealidad
la felicidad es
ridículamente
completa.