Me duele tu derrota, hermano
Me duele tu pelo mugriento
Me duele tu boca, tu aliento
Me duele tu extendida mano
Mis ojos te miran cercano
Tus ojos me miran hambriento
¿Seremos dos hojas que el viento
dispuso el destino temprano?
Puede que perdieras tu estrella
O el azar se tragó tu suerte
O simplemente, fue por ella
¡Caído Lucifer inerte!
¡Que tu oquedad sea centella!
¡A todos iguala la muerte!