marco augusto

Vejez tortura sin fuerzas

 

 

Vejez tortura sin fuerzas

 

Yo no elegí la soledad como compañera maestra,

soy parte de un mundo complejo

donde las emociones se comparten a medias,

pero me tocó vivir en soledad con el estrés a cuestas

y soy preso de una confusión que en medio

del indolente destierro, me aplasta.

Soy rehén de un laberinto en largas noches sin repuestas,

donde en insomnio hace su aparición

en noches espaciosas y desiertas

en medio de una cruda soledad,

 que mi ser agotado no acepta.

Mis sentidos no me respetan,

 ellos me dicen que si puedo

subir la elevada cuesta,

pero al llegar al umbral,

 mi cuerpo cansado protesta.

El mundo me ha dejado solo

y sumido en la tristeza,

me siento perdido,

 pero mi lúcida mente me aplaude,

entonces me subo el escalón de la juventud,

pero al llegar al prologo me quedo sin fuerzas,

y ya en preludio de la acción

soy un vegetal que respira y molesta.

Sólo espero la muerte bendita armonía de universo,

ya que la vida si fuera eterna,

sería una tragedia perpetua para el ser

que en soledad se encuentra,

porque le restan el animo y las fuerzas

y para algunos es más difícil soportar

 la inactiva vejez,

cuando la mente esta despierta

y late con fuerzas.