Vejez tortura sin fuerzas
Yo no elegí la soledad como compañera maestra,
soy parte de un mundo complejo
donde las emociones se comparten a medias,
pero me tocó vivir en soledad con el estrés a cuestas
y soy preso de una confusión que en medio
del indolente destierro, me aplasta.
Soy rehén de un laberinto en largas noches sin repuestas,
donde en insomnio hace su aparición
en noches espaciosas y desiertas
en medio de una cruda soledad,
que mi ser agotado no acepta.
Mis sentidos no me respetan,
ellos me dicen que si puedo
subir la elevada cuesta,
pero al llegar al umbral,
mi cuerpo cansado protesta.
El mundo me ha dejado solo
y sumido en la tristeza,
me siento perdido,
pero mi lúcida mente me aplaude,
entonces me subo el escalón de la juventud,
pero al llegar al prologo me quedo sin fuerzas,
y ya en preludio de la acción
soy un vegetal que respira y molesta.
Sólo espero la muerte bendita armonía de universo,
ya que la vida si fuera eterna,
sería una tragedia perpetua para el ser
que en soledad se encuentra,
porque le restan el animo y las fuerzas
y para algunos es más difícil soportar
la inactiva vejez,
cuando la mente esta despierta
y late con fuerzas.