Mi querida amiga Sasha
hoy te fuiste de este mundo!
Fueron regalo del cielo
estos años de tu alegre compañía.
Un asesino al volante
te arrancó el ultimo aliento
y te dejó allí tan sola
en esa calle olvidada...
Tu mirada tan sensible,
tu inteligencia canina,
tu dulzura incomparable,
quedarán en mi memoria
junto a este tierno poema.
Creciste en una jaula infernal,
adonde te confinaron hombres insensatos.
De allí fuiste liberada
y te trajimos luego a esta plácida laguna
Aquí sentiste la libertad,
correteando por calles arboladas,
encontraste tus amigos perrunos.
Con tus diez años de existencia
nadie podía encerrarte
y aunque yo temía por tu vida,
sabía que era inútil amarrarte,
porque no hubiese podido soportar
ver reflejada la tristeza en tu rostro canino,
esa mirada que tengo grabada en mi mente
que parecía comprender el lenguaje humano.
En ese apacible bosque de álamos,
donde se filtra el sol en días estivales
y el viento silba inclemente en las tardes invernales,
allí, junto al arroyo serpenteante,
descansa tu cuerpo inanimado, allí abonará la tierra
que vio desplegar tu espíritu silvestre.
Y durante las próximas estaciones,
cuando la luna llena ilumine mi jardín,
estaré observando por mi ventana, esperando tu regreso.
Y durante las heladas noches sin luna
elevaré mi vista al cielo, para verte transformada
en una brillante constelación de estrellas.
Adiós Sasha, mi perrita tan querida,
te guardaré por siempre en mi memoria!
24 de mayo de 2013
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