Sueños que despiertan con los rayos del crepúsculo
y se embriagan por los cerros luminosos de la tarde,
al llegarnos florecida de amapolas en tu pecho
y una llama de esperanza entretejida entre tus brazos.
Llegaste tarde en la espera de la vida
detenida por los pasos que enmarcaron tu llegada,
y la voz de tu llanto como ensueño florecido
sonó apagado con sonido de ecos derramados.
Qué podrán mis ansias presagiarte en la ternura
que despierta la ilusión de verte tierna en mi regazo,
si mi vida toda ofrecería con dulzura
si el Amor te sostiene en la armonía de tu encanto.
Entraste toda enguida por la senda de la vida
que de abrojos y penas se alimenta en el quebranto,
pero en hálito de amores sostenidos en tu hermosura
guardaré tus pasos por estelas del camino transitado.
Tómame de la mano que se alarga en la espesura
como un canto de ternura en la alegría y en los llantos,
y volemos cual gaviotas en las ondas de una estrella
que te dice con mi beso que te quiero y amo tanto.
Leo Henry