Te mandare
mi risa por el aire,
así podrás tocar
el cielo con los sueños,
te anunciaran
que por ti vuelo
en cada amanecer
cuando despierto.
Te mandare
ese ramo de deseos,
que puse
en el jarrón
de mis desvelos,
que nunca
dejes de regarlos
por si florecen
en tus dedos.
Te mandare caricias
en mis versos,
latidos
convertidos
en momentos,
el tiempo
nos dejó
fuera de juego
rompiéndonos
el cuerpo.
Te mandare
los recuerdos
que entre ayeres
quedan presos,
regalaselos al viento,
que entre ráfagas
de olvidos
iran muriendo.
Ana@ocaña