Fue un peregrino entre odas y nostalgias,
dio batallas entre rugientes vientos
ceñidos a su corazón desecho,
con embrujo, con pasión y con gracia.
Vibro por entre ocultos sentimientos
bordando entre los líquenes sus penas,
dejándonos sus reflejos, sus huellas
de su delirante vida... un sendero.
Llegó donde enmudecen los suspiros
irradiando entre céfiros sus versos.
Los embrujos que vibran en silencio.
Cabalgó sus angustias sin apero,
embebido de tinieblas, al fin
hubo un silencio de paz en su lecho.