Si algún día me da la gana
abriré nuevamente la puerta de la nada
donde lo mediocre se esconde,
se oculta entre loas y alabanzas.
No vendré siquiera a sentir el olor
putrefacto de la lisonja
que busca mi aplauso impropio y marrullero.
Si algún día me da la gana
cerraré con gusto la puerta de lo anodino
y abriré otras puertas como las abro
esperando la gran dignidad expuesta de los humildes
CARLOS A. BADARACCO
26/5/13
(DERECHOS REGISTRADOS)