Desprevenido como el ave inocente
he recibido el dardo, de la muerte
he sentido el frío del viaje hacia el infinito
y la soledad implacable que se siente....
cuando nos alejamos definitivamente
la angustia por lo irreversible
el miedo a lo infinito
la sensación de un vacío inmenso que no cesa
el desalojo intespectivo,
la distancia enorme entre lo que somos y lo que fuimos
la impotencia, la imperfección y la plena conciencia
de que no somos lo que debimos,
la certeza de que ya no seremos,
y la convicción de que no fuimos, no somos
y no seremos.
Hemos caído al precipicio de la vida
hemos mordido el anzuelo del pecado
teníamos los ojos deslumbrados
transitamos por el camino equivocado
y ahora.....
la misericordia de Dios hará el milagro