Hoy lloran unos hombres buenos,
unos hombres por la mar curtidos.
Lloran los pescadores
ante el estrago que sus ojos vislumbran.
Lloran ante tanto dolor
los bondadosos marinos.
Lloran los navegantes
al ver la dura crueldad
de aquellos pobres desvalidos.
Atroz destino ha sido
encontrarse con tan amarga presencia:
Hombres y mujeres,
que en busca de un mejor destino
se embarcan desesperadamente
en viejos cayucos y pateras
para cruzar las aguas bravas
desafiando tempestades,
y el sol ardiente que sus pieles daña.
Conmovidos descubrieron, sus labios agrietados
y gargantas quebradas.
Sus cuerpos débiles por falta de pan y agua
debilitaron sus mentes mientras perdian la esperanza.
¡ironía de la vida!,
Se mueren sedientos, en la inmensidad de las aguas.
Aguas que no les quitan la sed,
por ser como sus lágrimas,
amargas, saladas.
Desdichados seres que soportaron
el frío que entumecieron sus músculos
y sus huesos taladraron.
Sus pensamientos se quebraron
y los temores angustiaron sus entrañas,
mientras sus corazones encogidos
latian al ritmo del dolor
que sus mentes les trasladaba.
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Lloran los marineros duros y curtidos
al percibir una mano levantada,
al oír un gemido de dolor
que apenas una voz exhala;
es la de un joven negro
qué atención reclama.
Se sienten abrumados
ante tragedia tan aciaga.
Dominados por el dolor
ante el efluvio de los muertos,
se sienten conmovidos,
Y no cesan de clamar al cielo
preguntado: ¿por qué?,
¿por qué tanto suplicio?
Muertos sin tumba.
Muertos anónimos
de los que no se conocen
procedencia ni nombres.
Muertos que nadie reclamará.
Muertos que no alcanzaron el goce
de tener cada día un trozo de pan.
Muertos que no conociero la paz.
Muertos saturados de guerras sin tregua,
de abusos sin defensa,de falta de libertad.
Muertos anonimos de este cruel mundo se van.
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Marinos sufrientes,
con el estómagos encogido
haciendo de tripas corazón
soportan con hombría las náuseas
que les produce tanto desazón
mientras que se desvanecen
por sus mejillas amargas lágrimas
ante tanta sin razón.
Curtidos hombres de corazón inmenso
que en su nave acogen los inertes cuerpos
para darles un mejor destino
que ser pacto de los voraces peces
mientras a Dios le ruegan
que los acoja en su seno
para que al fin puedan
descansar de este vil infierno .
Mientras claman justicia
no cesan de implorar
por quienes buscando mejor vida
en el Mediterraneo no se vuelvan a quedar.
Se lo piden a su Dios
o a nuestro Dios, lo mismo da,
aquel que les escuche que
ayude a sus madres,
a sus esposas e hijos,
a mitigar tanto dolor
que jamás de sus corazones se borrará.
No se olvidan de quienes alcanzan las costas
y se topan con agravios y desdeños
no sólo por se negros,
sino por no ser ricos
y además negros.
Bien saben los marinos
que si los negros estorban es por ser pobres.
Si estorban es por no tener poder,
ya que si el negro es rico
alfombras ponemos a sus pies.
Autora: Escapitina
Luisa Lestón celoreio
24 de diciembre se 2005
Lo he cedido a Anmistía Internacional
,para la exposición sobre la emigración
en la Blibioteca de Pravia