Entre pentagramas y corcheas
armónicos sonidos vibran
surgidos de la inspiración
de sensibilidades que brillan.
Poéticas notas seductoras
cual mariposas aleteando
en su vuelo al mediodía
entre flores polinizando.
Resonancias inspiradas
por los dioses del Parnaso,
pasajes que pintan paisajes
dibujando coloridas estampas.
Expresando el lenguaje del alma,
y como trinos en arpegios
se adivina el correr de un arroyuelo
al tañer de una celestial arpa.
Con decididos violines y alientos
cuando fuerte sopla el viento
y el tintineo de campanillas
describiendo el goteo del deshielo.
Al sigilo del fagot
se mueven ciertos animales
y la gran tormenta ruge
percutiendo los timbales.
Suena el corazón enamorado
con los dulces nocturnos de Chopin
en sublime virtuosismo
recorriendo su teclado.
Notas y acordes se combinan,
cuánto Euterpe se complace
de tener entre los hombres
a tan dignos ejecutantes!
Imponentes oratorios,
hermosas y bellas sinfonías,
de Mozart delicadas sonatas
y de Bach magníficas cantatas.
Impetuosos y fuertes acordes
combinados con majestuosos corales
en crescendo nos regalan
con la fuerza de un Mahler.
Los allegro o andantino,
los scherzo y los pizzicato
en los talentosos caprichos
del inigualable Paganini.
La música...hermoso arte;
vibraciones que al oído cautivan,
donde las emociones sanan
dando respiro a la vida.
Lo sublime de unas notas
provocando en los oyentes
lágrimas emocionadas
por sonidos elocuentes.
Son las obras majestuosas,
compases que nos aglutinan
aunque sea por breve tiempo
como en una sonatina.