En el silencio cómplice de la noche oscura
palpitan los deseos de urgencias anegados,
la sangre borbotea con pulsos agitados
y la piel se estremece tensada de premura.
Vibrando están la ansias humeantes en cordura
labios que entreabiertos jadean apremiados,
por sangrantes silencios de anhelos expirados
se desbocan pasiones gimientes de locura.
Las horas son minutos en noche de desvelos
los sentidos agudos degustan sensaciones;
poblando aquel espacio de insólitos modelos
las sábanas fruncidas se enjugan de emociones;
cual perfumados sueños caídos de los cielos
cuando del alma emergen inéditas pasiones.