Frente a la ventana por donde ya no asoma la luna,
Por donde miro tu lejanía y la infortunada realidad,
Miro ya tan lejos tu contorno, tan disforme tu figura,
Miro tras tus pasos sus huellas
Y como el viento las hace desparecer;
Desaparecen tras las hojas secas de éste triste otoño
Y ya nunca vuelven ante mis ojos a aparecer.
Te marchas mientras la nostálgica brisa
Ronda cortas jornadas por tus cabellos;
Se lleva tan lejos tu aroma, hacia las nubes;
Sobre este cielo aplomado a punto de llover.
Tan lejana y extraña se divisa ya tu imagen
Y apenas hace momentos fue que partiste,
Mañana me parecerá que vivo mil años sin verte
Y me extrañara el motivo por el que sigo recordándote.
Debo olvidar que te marchas,
Debo olvidar el cómo te llamas
Y si no puedo olvidarte, al menos
Debo guardar las cosas que dejas
En el cajón de mis recuerdos
Para poder vivir sin el sabor de tus besos.
El horizonte te ha ocultado ante mis ojos
No percibo más tu aroma
Y no logro escuchar palabra alguna de tu voz
Ya nada queda amada mía
Me marcho de la misma forma,
Y con un suspiro te digo… adiós.
Héctor Humberto García Herrera