María

Albores

Anoche fue el final del congreso. Cena de a dos. Conversaciones alusivas. Él pasa a la esfera personal. Le confiesa que desde hace tiempo siente intenso interés. Caballero y formal, declara su deseo de  profundizar la relación. No podía creerlo. Admiraba a su colega desde siempre. Mayor que ella, vasta trayectoria, renombre.  Rígida como una estatua, solo salió de ella una tribu de palabras mutiladas, que él las tomó como un “Sí”. Besó su mano, le acomodó el cabello y le dijo que siempre la cuidaría. Confió en él desde ese instante. Y se entregó a su abrazo.