En qué esquina de mi vida apareciste
En qué arrabal inesperado eras vos la primavera
Ya no recordaba tu figura, mi gorrión
Y vos sentada mirando al sur, tan sola
Para el lado de mis sombras mas profundas
En un momento sabio, te descubrí y me abrazaste
Arrancamos márgenes en desuso, hojas amarillas
Apareció un libro nuevo, sin buscarlo
Le pusimos miles de palabras, algunas quejas
Nos avecinamos de otras vidas y sus renuncias
Dimos contornos a las cosas nuestras
Cielo, ya monte, ya tierra arrasada
Fuimos los conceptos preciados de una vida rara
Ese fue el desafío, cada madrugada, cada espera
Cada llegada tarde al conocimiento que esperabas
Mujer difícil, casi etérea, provocación de cada hora
De cada instante
Antes de vos era yo palabras, desde un rincón seguro
Ahora que estas enfrente y a veces solo escapas
Me hace bien saber que no sos nada más que vos
Por eso
Cada triunfo en mi soledad, me acerca a tu esencia
Cada rato de tu mirada, te lleva a la mía
Podemos ser ahora
Garabatear estrellas en nuestras pieles
Despertar cada sentido adormecido de los otros
Y ahí vos, otra vez enfrente, con tus ojos claros
Con la sonrisa cómplice, mi flaca impensada
Provocas en mí ovaciones de sincera calma
Rodeas las locuras de mi espanto, abres mis puertas
Llamas tanto al amor, que a veces duele
Casi no lo podes pensar, solo lo sientes
A vos, a mí, este amanecer nos dio las luces
Será difícil, lo se, será difícil, como siempre
Pero, de algo ando seguro, cambiaste el cauce de mi río
La deriva de mis zonas complicadas, las más temidas
Te di el resto, no me queda nada,
Guardo solo un poco
Para abrigarte cuando estemos lejos, allí en la montaña
Mujer, te entiendo, no pregunto, llegaste, es la hora
Hoy, en el otoño te propongo armar una odisea
Una barca de colores, un acuerdo transitorio
Un pedazo de pan, también el vino tinto,
La música, mis achaques, los cuadros a pintar
Y toda tu poesía