Su boca una taberna
con papel encuadernada,
tinta relató su vida
aunque ella no vivió nada.
Rosas y lirios la ofrecen,
ella no puede aceptarlos.
Malditos los desgraciados
que en vida no se acercaron.
Se sienta triste y no siente,
curiosa forma de vida.
Aceptará la partida
sin ponerse reticente.
Quema sus viejos escritos,
no quiere saber ya nada.
Juega con ánimos locos
de volverse de porcelana.
La lluvia la excitó
un día que todo callaba,
nadie supo entenderla
cuando la necia observaba.
Respuestas sobre la cama
con olor a ti embriagada.
Te parece tan frágil,
te atrapa su entusiasmo...
Efervescente como las nubes
se escurrirá de tus brazos.
No la ames hazme caso,
si me pides que te ayude.