Mi amigo el ratón del queso
con rostro desencajado,
me confesó algo apenado
hallarse en un lío grueso.
Parece ser que queriendo
comprar una billetera,
sin céntimo en su cartera
salió de casa corriendo.
Estando ya de camino
justo al final de la calle,
cayó en cuenta del detalle
al saludar a un vecino.
Como ya andaba apurado
rápido emprendió el regreso,
sin darse ningún receso
corría un poco enojado.
Más otro detalle clave
también se había escapado,
hallándose ya frustrado
no pudo encontrar la llave.
Molesto hasta los bigotes
llamó a la puerta a los gritos,
tras de los gritos benditos
hubo tunda de azotes…
Siendo la casa vacía
ni un alma atendió la puerta,
buscando ventana abierta
sofocado iba y venía.
Molesto y desesperado
su mala suerte maldijo,
sin resolver su acertijo
quedose en puerta plantado.
Transcurridos los minutos
pensando en mil soluciones,
exploró cientos de opciones
en pensamientos astutos.
De repente en un momento
pareció cambiar su suerte,
cuando sorprendido advierte
boquete en el pavimento.
Saltando estaba contento
atisbando el agujero,
creyó que era un coladero
haciendo alegre aspaviento.
Más rápido que ligero
en abrir y cerrar de ojos,
olvidándose de enojos
lanzose en el agujero.
Adentro todo era oscuro
espacio estrecho y mojado,
pero se sintió confiado
dentro del hueco inseguro.
Valiéndose de su astucia
avanzó rápidamente,
corriendo siempre de frente
escudándose en su argucia.
Estando a medio camino
sentíase algo cansado,
pero estaba esperanzado
en llegar a su destino.
Guiándose por su instinto
y sin pensar en razones,
atento a sus emociones
descifraba el laberinto.
Agitado hasta los dientes
con la mirada exigida,
logró divisar salida
tan solo para valientes.
Su tamaño superaba
el de la pequeña grieta
¡Ni valido de pirueta
orificio traspasaba!
Mi amigo el ratón del queso
es roedor muy osado,
sintiéndose acorralado
ahí mismito hizo seso.
Sabiéndose inteligente
sin gran preocupación,
buscando una solución
limpió el sudor de su frente.
Armado de uñas y dientes
lanzó dos escupitajos,
dando inicio a los trabajos
haciendo esfuerzos ingentes.
Bastaron unos minutos
de dedicación constante,
para que en grieta gigante
su pericia diera frutos.
Con una gracia asombrosa
de un salto fue al otro lado,
cuando se vio superado
por imagen horrorosa.
Rodó en el hogar vecino
de un ratón malhumorado,
que ahí se hallaba acostado
¡para mayor desatino!
Más rápido que ligero
puso a correr su mirada,
viendo una puerta ubicada
en aposento trasero.
Tan rápido como pudo
corrió por la habitación,
prestando poca atención
a aquel vecino tan rudo.
Corriendo llegó al jardín
al pie de una enredadera,
que usó como una escalera
el pequeño malandrín.
Bien servido de su maña
con paso alegre y travieso,
reía el ratón del queso
festejando osada hazaña.
Lejos estaba su mente
de enojos, miedo o disgusto,
cuando un repentino susto
surge cual llama candente.
Con ánimo relajado
miraba al patio vecino,
cuando por acto divino
se sintió muy asustado.
Igual que senda de estrellas
caídas del mismo cielo,
podían verse en el suelo
unas delatoras huellas.
Por el miedo acongojado
prosiguó con su camino,
cargando en su pecho espino
rogaba desesperado.
Así es como vino a verme
hecho bolas de pavor,
para pedirme un favor
y de paso convencerme.
El ratoncito del queso
es para mí un buen amigo,
sabe que cuenta conmigo
en todo tiempo y suceso.
Cleo mi gato goloso
lo escuchó a la carcajada,
sin presentir la jugada
disfruta el cuento gozoso.
De tanto que se reía
no capta las intenciones,
que en tantas explicaciones
aquel ratón argüía.
El ratón lo que pretendía
es que él a su casa fuera
y estableciéndose afuera
velara de noche y día.
Más mi gato que es amable
y bien conoce de amigos,
tratándose de enemigos
es felino responsable.
Aceptó una temporada
hacer guardia con agrado,
pues el ratón ha logrado
atraerle con carnada.
Sin plata en su billetera
y con la llave extraviada,
con rapidez esmerada
hoy hurga entre mi cartera.
Ahora acabando el cuento
con buen ánimo prosigo,
pues es deber del amigo
servir en todo momento.
Por ésta razón yo digo
cambiando gato por hueso:
mi amigo el ratón del queso
se vino a vivir conmigo.