¿Que no ves?
¡La estas matando!
Con tus pasos sigilosos;
Con tu bestialidad.
El tiempo no es ya un aliado,
Más sin embargo no pareces razonar.
La codicia te ha cegado
Y no sientes lo difícil que ahora es respirar.
Sus cabellos verdes ahora son cafés
Sus hermosos ojos de color azul
De a poco se van quedando negros.
¡No puedo creerlo!
Mira que sus brazos te acogen
Mientras desgarras cada espacio de su piel;
Mira que sus ojos no paran de mojar
Y los tuyos no muestran nada de piedad.
¿Qué no ves?
Está muriendo, agoniza;
No será más la madre de tus hijos,
No será más la madre de tus nietos
Como fue un día la madre que te vio nacer.
Héctor Humberto García Herrera