LA VOZ QUE HABITA EL HOMBRO Me susurraba desde el hombro cosas que jamás repetiría iban cayendo las palabras desde el vaho de su oscura voz punzante como la espina de su seducción maldita sedienta como parásita de mi subterráneo instinto crónica en el sempiterno laberinto de mis espejos se fue deshojando mi flor marchita el azar que impera en mi universo mi voluntad encadenada genética de abrojos grilletes del destino epitafio del último esfuerzo la muerte es nada un impulso que termina un ruido que cesa entre el bullicio el indistinguible color de la distancia cesar el paso en el túnel eterno de lo mismo mis garras no bastaron para escalar las paredes de mi abismo y me sometí a la voz que desde el hombro me gritaba sentí el frío del arma por el cuerpo extasiado rendido a su designio eyaculé la historia como un libro y señalé el final con el punto rojo de un disparo.