Abrázame fuerte
hasta que mi corazón se funda con el tuyo,
y que al latir al unísono se hagan uno.
Bésame, bésame hasta la locura,
que entre beso y beso
no quede una ranura.
Que nuestros labios ardientes
no den tregua ni al respiro,
que prefiero morirme de asfixia
que de la falta de tus besos
que me llenan de delicias.
Acariciemos nuestros cuerpos
pues nuestras pieles esperan la ternura
que nuestras manos derraman
y el calor de las caricias que adormecen
los dolores y las penas del alma.
Ámame, ámame con intensidad,
que no quiero irme de tu vera
con sabor a vacío y espera
que me cause soledad.
Aprovechemos cada momento,
cada instante de nuestras vidas
pues no sabemos el destino
ni el tiempo que nos queda.
Quiero apurar la copa
y que ni un trago en ella quede.
Quiero saciarme del contenido
que nuestro sincero amor nos ofrece.
No, no quiero llorar mañana
por dejar pasar el tiempo
en eternos devaneos.
No, no quiero llorar mañana
por no disfrutar del encanto
de los preludios amorosos que nacen
de nuestros nobles sentimientos.
No, no quiero llorar mañana
por no gozar del clímax
de tan románticos encuentros.
Digamonos, digabanos
lo mucho que nos queremos
porque el susurro al oído
también es necesario.
Aprovechemos todos los sentidos
que Dios nos ha donado
para hacer de nuestro amor
un cielo de fulgurantes estrellas colmado.
Luisa Lestón Celorio-2006
Autora. Escapitina
Registrado- BAZAR DE SENTIMIENTOS