Cuando corra la desaparición,
cuando aferrado no responda;
cuando la sonda que nos une
se convierta en una distracción.
!Ay de mi! que no veré ángeles
ni demonios en mi habitación;
mas sí veré mi nombre desnudo
en el obituario o el augurio de ti.
De ti mi amada, que me miras
acabada de ver mis desvarios;
entre versos y papeles sientes
fríos porque siempre mientes.
!Ay de mi! que tus besos no,
no son reales, ni sinceros,
!Ay de mi! que tus sombras,
se pierden cuando dices:
\"Te quiero\"