CAPITULO 18: ENTENDIENDO QUE EN LA MUERTE NO ESTA EL FIN, SINO LA CONTINUIDAD
Un amigo me dedicó, hace casi un año atrás, las siguientes líneas:
\"Te agradezco los conceptos, pero la verdad es que solo algunas personas tienen la sensibilidad necesaria para captar lo que intento mostrar a través de mis escritos, y tú, sin duda, eres una de ellas. Yo siempre creo que lo importante es tratar de reflejar esas pequeñas cosas que nos son comunes a todos. Aunque no esté de moda... aunque para algunos sea solo \"sensiblería\"... yo creo profundamente en lo maravillosos del alma humana, tengas o no creencia religiosa, porque allí está la esencia de las personas. Los cuerpos envejecen y se destruyen, pero el alma, esa conciencia de nosotros mismos, sigue presente, y si bien va cambiando con el paso del tiempo, es siempre la misma y vale la pena explorarla hasta en sus más mínimos espacios. Gracias por emocionarte y por ser parte de ese reducido grupo de soñadores que, sin duda, impulsan al mundo. Lo demás, no existe. Alvaro\"
(Alvaro Lopez Melián, periodista, amigo de reflexiones, 09-06-2012)
\"Los cuerpos envejecen y se destruyen...\" Una cruda verdad que la Ciencia, pese a sus esfuerzos, todavía no ha logrado revertir.
Los cuerpos, al destruirse, degradan sus componentes químicos y se transforman, emitiendo energías, en otros componentes de nuestro planeta (\"Polvo eres y en polvo te convertirás\", Génesis 3, 19) En cada transformación química hay intercambio de energías con el medio ambiente.
Pensemos en ellas...
Todas las religiones escriben sobre el espíritu, sobre el alma, sobre el Cielo, el Más Allá... ¿A qué se refieren? ¿Qué es \"el reino de los espíritus\"?
¡Nadie escapa de la Parca! Podremos ser emperadores, reyes, magnates ricachones, poseer inmensas propiedades, gobernar paises líderes, ser amos de millones de seres vivos... pero, por más belleza, poder y fortuna que se tenga, los gusanos, las bacterias, las descomposiciones químicas y los fétidos olores harán su notable trabajo, convirtiendo las carnes, líquidos y humores en un fino polvillo que se disolverá en las entrañas de la tierra, durante el tiempo que sea necesario para que eso ocurra.
\"A veces pienso en la muerte... la verdad nunca me ha asustado, porque siempre he sentido que es un paso más, un pequeño gran salto a otro mundo... disfruto sobremanera ese estado de perderme en mis propios pensamientos y pienso mucho en la existencia y todo eso.\"
(Cotita, conversaciones en Poemas del Alma, 2013)
Ahora, reflexionando sobre esas transformaciones, dejemos de lado lo que ocurre con \"la carcaza\" y evaluemos qué acontece con la energía. ¿Es posible que esta energía solo se emita por una mera transformación de elementos químicos y nada más? Mediante el desdoblamiento de células, hemos acumulado energías ingiriendo alimentos que nos han hecho crecer y desarrollarnos desde una sola célula hasta millones de ellas.
¿Qué pasó con toda la energía que acumulamos con lo que aprendimos, con lo que experimentamos y con lo que sentimos? Nos hemos fascinado, amado, estudiado, hemos llorado, alegrado, enojado, reido, sentido, apenado... Durante todas nuestras vida, hemos incorporado a nuestros sistemas sentimientos de felicidad y de congojas, alegrías y penas... Si los alimentos que hemos ingerido a lo largo de nuestras existencias, se han incorporado a nuestro crecimiento, con qué criterio deberíamos descartar que el \"alimento energético\" con el que nutrimos nuestro intelecto y espiritualidad, se perdería en la Nada al acabarse la vida física? Negar esta posibilidad es negar a la Naturaleza misma y a las leyes de la Física. A la fuerza, ¡¡¡TIENE QUE HABER UN EQUILIBRIO ENERGÉTICO!!!
El Padre Tiempo crea ilusiones
de amores ciegos y pasiones imposibles,
y cuando a amar alguno se propone
hay otros que los creen insostenibles.
Pero el Amor siempre prevalece
por sobre tiempos o espacios infinitos,
porque quien ama, a veces lo padece
y en otras, su amor es un delito.
De todas maneras, el Cosmos nos ordena
las situaciones y los lazos amorosos,
los caprichos, las dichas y las penas
de quienes aman con amores tan deseosos.
En ese jugueteo de energías que van y vienen se definen nuestros destinos post-mortem. (Dejaré para otro capítulo y para la imaginación de cada uno lo que pueda ocurrir con la resultante de ese balance energético).
Pero lo que, ahora, sí me interesa escribir es sobre los sentimientos que genera la Muerte, como entidad que aterra, que sobrecoge, que produce misterio y superstición.
Nadie, en la historia del ser humano, se aterra por el proceso de nacer y de vivir, por la sencilla razón que nace y vive, con actos de que si bien uno no está conciente de su propio nacimiento, los demás dan fe de que uno nació y, en el proceso de vivir, está claro que para vivir uno nació, aunque no se haya percatado de eso en el momento que ocurrió.
Vivir es el proceso en donde uno se alegra y sufre en cómodas cuotas, con un interés indexado en más o en menos, según la forma en que uno encara el negocio de vivir o con los usureros que uno decida tratar. De esta manera algunos la pasarán mejor que otros y los de más allá estarán peor que todos... El grado de miserabilidad o de éxtasis estará dado por las misteriosas causas de lo que \"los astros\" nos hayan designado para Aprender y Crecer; pero esto es harina de otro costal.
El hecho es que, tarde o temprano, moriremos; kaput!; c´est fini; the end; opama la fiesta; el que omanó, omanó...
Si nos pegamos un cáncer, una bala en el cerebro, un camión de frente o un terrorista torturador... a la vejez viruela, en la plena capacidad de potencia sexual, en la incomprendida adolescencia, o en la tierna infancia... nadie, nadie, se va a escapar de nacer, vivir y morir!
Ahora, si aceptamos nacer y vivir... porqué no aceptamos morir? Porqué nos resistimos a hablar de la muerte y de pensar en ella? Yo lo sé. A mí me pasa... tengo miedo a sufrir físicamente... Tengo miedo al dolor... A la internación en un hospital... a estar enchufado a aparatos, a los sueros, agujas y tratamientos...
Pero no a la Muerte como entidad de un proceso natural.
Todos evitan hablar de ella por la incertidumbre que provoca el desconocimiento. Si en las escuelas, desde chicos, nos hablaran de ella como un proceso natural que se refleja en todo lo que existe en el universo, desde un virus a una galaxia, todo sería más llevadero, incluso la muerte de un hijo, que es lo peor que nos podría ocurrir.
Estamos inmersos en el cálculo de probabilidades, en la Estadística, en el universo de los números, porcentajes, Física y Matemáticas. Nuestras vidas son dirigidas por la Genética, la Física Molecular, la Química, la Mecánica de los Fluídos, en fin... para el Cosmos somos solo materia y energía...
¿Solo...?
A los que me quieren...
Simplemente.
Entrañablemente.
Apasionadamente.
Medianamente.
Casi nada. Ni ver, o matar....
Porque me aman,
o me odian,
o desprecian...
Porque alguna vez amé,
me equivoqué,
o no actué.
Porque la Vida es así;
justa e injusta;
alegre y triste...
Y porque en la inexorable imbecilidad
de mi suprema inteligencia,
donde un dios me creo, en la creatividad
de mi excelsa existencia,
donde si yo no tengo razón,
los demás están errados
ya que en esa situación...
¡ ellos no me han interpretado!
Por suerte, en las especies hay biodiversidad
y en la raza humana, es así la Vida,
solo a ella le afecta la adversidad
y los egocéntricos son los otros, en su medida.
Por eso mismo, por esa sencilla razón,
razón que quiero entender y no entiendo,
es que intento, aseguro, de corazón,
querer a quienes no estoy queriendo
porque me molestan,
hacen mal
o desprecian.
En sí, es que pienso que mi humildad
hace agua por todos sus lados,
cuando observo que mi vanidad
¡ me lleva a estar equivocado...!
Y entender a aquellos, cuando nos saludemos,
que me aman
o, simplemente, simpatizan,
que nos prometamos, cada vez que nos vemos,
que tenemos
que encontrarnos,
reunirnos,
y abrazarnos,
apenas, en cuanto podamos,
sabiendo que, con suerte, tal vez, quizás, a lo mejor,
esa próxima vez no sea peor,
que en el funeral de alguno de nosotros,
ya que cada vez que nos vemos,
aunque pensemos que sean los otros,
que están con más años, y ya lo sabremos,
con más canas, arrugas y enfermos
¡ y con dolores, tan solo a vosotros!
Pues por esto es que brindo, sin mucha quietud,
por mis amigos... a ellos... ¡SALUD!
Eduardo Faucheux
Año 1999
Lee todo en: Poema MIS \"AMISTADES PELIGROSAS\", de Eduardo Faucheux, en Poemas del Alma http://www.poemas-del-alma.com/blog/mostrar-poema-180090#ixzz2VLMsP3V0
De todo este manejo cósmico energético, no queda ninguna otra posibilidad de que con la muerte, se transforman nuestros componentes materiales en otros, con sus correspondientes emisiones energéticas, y, además, la \"evaporación\" de toooodas esas energías -positivas o negativas- que hemos asimilado y acumulado en nuestro paseo terrenal. En otra oportunidad ya hice referencia en cómo se hace ese balance de las energías positivas versus las negativas y en cómo afecta a nuestro destino ese resultado final (con final me refiero a solo éste proceso temporal, ya que EL FINAL, en realidad, nunca se producirá).
Así que lo único que queda resolver en nuestros intelectos es la cuestión del miedo a morir. A morir nosotros mismos y a la muerte de los que amamos.
Es una difícil resolución, Aceptar que nuestras existencias penden de un hilo, segundo a segundo. Millones de alternativas pueden liquidarnos en un solo pestañeo. A mí, a ustedes, a nuestros hijos, a cualquiera...
Pero el consuelo, si aprendemos a Aceptar, es que, por más trágico que haya sido el suceso, eso debía ocurrir en algún momento y que quien se fue, solamente cambió de escenario.
Y que la moraleja de todo esto, es que no debemos desperdiciar el tiempo postergando los abrazos, las expresiones de cariño, las reuniones con los buenos amigos, los viajes y los momentos soñados, porque a fin de cuentas, todas estas cosas son las que hacen que nutramos nuestra espiritualidad con el alimento que viajará a las estrellas.
Eduardo Faucheux
05-06-2013