Como un ciego escribo
sin ver las palabras,
ojos velados de despedida
que miran hacia adentro
buscando el centro del alma,
pero se disipa en mil puntos
que dibujan un rostro de mujer
de ojos llenos de lágrimas de adiós.
Besos de despedida que no compensan
el deseo de tantos besos perdidos.
Se ha ido el mes de mayo que no volverá,
habrá otros muchos meses de mayo,
pero éste es en el que algo muere y
que el cansancio no dejará renacer,
como tierra infértil cubierta de sal.
Las hojas se mecen al viento
con verdes cambiantes de sol
entre espacios de aire nítido
y murmullos traviesos de hadas.
Mientras las mariposas vuelan
formando círculos multicolores
de alas trasparentes de terciopelo.
El río de plata camina lentamente
mientras los peces juegan nadando
entre los juncos que elevan su tallo
hacia la luz trasparente de mayo.
Un gazapo de peluche corretea
detrás de una ágil y frágil libélula
que se escapa divertida entre flores.
La alameda hace camino de sombras
que hacen dibujos sobre el suelo y
forma un paseo para enamorados
que lo recorren entre risas y besos,
con manos entrelazadas que buscan
el contacto suave de la piel amada.
FÉLIX MORENO