El poeta que robaba corazones
Ayer
Fue tomado preso
Traía en sus alforjas mil poemas
De amor y otras ganzúas
Misivas donde el las engañaba
Con promesas de unos besos
Un ladrón un vil canalla
Un bandido en la penumbra.
El juez que revisó la causa
Estaba en su derecho
De enviarlo a galeras por de pronto
Para expiar sus graves culpas
Y ver si se le quita esa manía
De andar haciendo versos
Causando tanto mal
Con látigos de multa.
Las damas afectadas tengan bien
A reclamar el suyo
Que todo corazón debiera estar
Latiendo allí en sus pechos
El poeta que robaba corazones
Tendrá pues que remar
Y así poder pagar
Su crimen sin excusas.