LEONARDO HENRRICY

FUE TAN CORTO MI VIAJE

 

 

Fue tan corto mi viaje

en tu velero de besos e ilusiones

eterna navegante.

Mi canto apasionado se turbó en la estrella

y quebró la noche el norte señalado.


La locura de peso y de medida

en el embrión estrecho de tu ancla

develó tu aridez de algas y silencio

sobre el puerto verpertino de crisálidas y rosas

que para ti guardaba.


No cupo la palabra estrecha

ni el verso iluminado

para detener tu fuga 

de corola ensangrentada

por los causes cerrados de mi llanto

hasta tu siempre adiós, tu nunca despedida.


Violaste mi calma sosegada

con tu decir ligero.

Y rodé por las horas de tu piel encendida

para llegar a tu orilla

mojado de nostalgia y las manos vacías.


Allí donde el sueño se acostó

a dormir su pesadilla,

mi reclamo de aurora solloza triste

con el susurro eterno de todas las verdades

atado a mis espaldas.


Y tu...como esfinge de impávida pasión

bebes del agua de todos los océanos

para envolverte en un azul de eterna retirada.


LEO HENRY