Tú duermes dulcemente
mientras el silencio, te mece y te admira.
Es como si la Vida se detuviese
mientras te contemplo absorto ahora.
De repente despiertas y me miras...
y sonríes... y observas tranquila lo que pasa
y no pasa nada... y sucede tanto...
En tus ojos sólo hay paz y esa mirada
me enseña como he de verlo todo desde ahora
¡Agradecido por tu lección!
Realmente eres sabia y humilde... Inés.