Epílogo
De la misma forma que llegas te vas.
Como ese amor infantil que llora sin consuelo el objeto perdido.
Eres esa paz que permanece intemporal en el alma,
Eres un recuerdo prohibido, tranquilo y amable,
que acompaña las angustias de la soledad.
Eres, como el humo que se lleva el viento,
sin dirección alguna, para desvanecerse en el espacio