Hoy ni la luna ni el sol se atreven a asomar la cara.
Estoy sola. Pero no lo estoy.
Me pregunto ¿porqué? y llego a comprender que puedo contestarme.
Te soltè la rienda y no me dì cuenta que la maleza ha cubierto mi lado izquierdo de distancia.
Mis ojos despiertan y se preguntan
porquè han invernado tanto .
Ellos me guían y dirigen la mirada hacia el punto exacto del espejismo,
sin luto, sin miedo, solo paciencia.
La vida me presta los suyos cuando está oscuro.
Entre la desolación, el sol, una flor,
cada camino representa un año de dolor.
Pero mis eslabones ya no cuentan, esperan y esperan.
Observo mi propia trascendencia, alzo la mirada y apuesto a un nuevo juego.
Todo es posible …
Nada impide alcanzar aquello que me negó la circunstancia de llegar
al horizonte, donde clavaré mis pies en tierra nueva.
De ella nacerá la paz.
No mas promesas, no mas humillación, no mas falsía.
De entre mis dedos se escurrirá esperanza,
nacerà mi esencia adormecida llena de ilusión y flores nuevas,
calmarè el llanto no merecido, levantaré mis manos,
disfrutarè mi trascendencia , en cada trecho despertaré y
se aclamará mi lucha para otra vez caminar.
Mis ojos tristes seràn tu espejo.
En mi soledad pasajera
pediré palabras tiernas, y una vida plena.
Las horas idas se calmarán de falsas promesas que se adueñaron de
mis ojos cerrados que vieron el lobo piel de cordero y mi inocencia porque dieron alas
al vuelo del cóndor…
“CHISPITA”