Dos cosas tengo
que quise darle
y la muy vanidosa
no quiso escucharme.
Desdeñó el ofrecimiento
haciendo alardes
que ella siempre ha soñado
con algo más grande.
me llamó inconsciente
e irresponsable
me ofendió de mil formas
mentándome la madre;
y me dio un plantón
con su gran desaire.
Me llamó inútil,
mala gente y cobarde,
y hasta espera que nunca
me case con nadie,
por esas dos cosas
que yo quise darle.
Si usted quiere saber
voy a notificarle
que esas dos cositas
de tanto descuadre
son, mi amor verdadero,
y mi sueldo de hambre.
Autor: Alejandro J. Díaz Valero
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